Donde el viento nos lleve: Steak Tartare

martes, 19 de febrero de 2008

Steak Tartare

Cuenta la leyenda que el Steak Tartare se remonta a la época de Gengis Khan y sus temidos guerreros mongoles.

En aquellos tiempos, en plena Edad Media, maceraban la carne cruda poniendo el filete entre la silla y el espinazo del caballo, como sistema de conservación y transporte de la carne.

Esta sutil receta (con muchos cambios) se convirtió con el paso de los siglos en referente del snobismo gastronómico en el siglo XIX … y ha llegado hasta nuestros días como un clásico en la carta de muchos restaurantes.


El Steak tartare es un plato de carne de vacuno que se elabora con carne cruda… pero no hay que asustarse ya que realmente la carne está ligeramente macerada, por efecto de los ingredientes.

Es un plato que causa muchas reticencias, por el tema de comer la carne cruda, pero puedo asegurar que es una auténtica delicia para los iniciados.

La receta, aunque parece difícil, es muy sencilla de preparar. La mejor carne para su elaboración es el solomillo, ya que es la pieza más blanda del animal.

Hay que picar la carne limpia de grasa, en una tabla y con un cuchillo bien afilado (no con la picadora o un robot).

Se añaden después diversos ingredientes al gusto de cada comensal:

Cebolla, pepinos agridulces y alcaparras picadas muy finamente, pimienta negra recién molida, una cucharada de mostaza, otra de zumo de limón, salsa Worcestershire y sal al gusto.

Se mezcla todo muy bien y por último, se le da una forma ovalada y aplanada como si fuese una hamburguesa.

Se toma frio, y se sirve acompañado de tostadas de pan.

También se colocan el resto de los ingredientes en montoncitos alrededor de la carne o se presentan a la mesa para que cada comensal pueda mezclarlos a su gusto.



La receta hasta aquí es para mi la básica.

Hay múltiples variantes, dependiendo del gusto de cada uno.

Otros ingredientes habituales suelen ser:

1 cucharada de un buen cognac francés.
1 cucharadita de rábano picante blanco.
unas gotas de Tabasco

un hilo de aceite de oliva extra virgen.

1 cucharada de perejil picado.
un poco de pasta de anchoas
un poco de agua helada.
1 yema de huevo cruda

…un plato a condimentar al personalísimo gusto de cada uno…


No es frecuente encontrarlo en las cartas de los restaurantes, así que verlo en la oferta de un restaurante, para mi es símbolo de buen hacer y de confianza en la calidad de las carnes.

Precisamente ahí está la clave, ya que es un plato donde lo fundamental es la calidad de la carne, y sobre todo, el gusto al elaborarlo, …así que probadlo en cuanto tengáis oportunidad. No os arrepentiréis!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por acordarte!!! :)

Me ha gustado mucho este post, la verdad. Muy ilustrativo. La probaré, lo prometo. Y te contaré: prometido ;)
Un beso!