Donde el viento nos lleve: Restaurante El Molino de Urdániz

domingo, 25 de noviembre de 2007

Restaurante El Molino de Urdániz

Esta pasada semana se publicó la concesión de una estrella Michelín al restaurante navarro el Molino de Urdániz. Con este son ya 3 los restaurantes navarros acreedores de tal mérito, algo de lo que todos debemos alegrarnos.


El restaurante se encuentra a unos 10 minutos de Pamplona, dirección Francia en la carretera de Pamplona a Roncesvalles, a la altura de la localidad de Urdániz /Esteribar. Es muy fácil pasar de largo, ya que no existe ningún cartel indicador, ni el edificio tiene rótulo alguno.

Comí en el molino el pasado mes de mayo con mi familia y he de decir que la cocina merece mucho la pena. Es cocina moderna, o de autor como algunos prefieren llamarla, pero muy basada en los platos tradicionales de la cocina Navarra. Recuerdo con especial gusto el ajoarriero, y unas manitas de cerdo rellenas de morcilla que eran una delicia.

Sin embargo la delicadeza de los platos desaparece en lo que al servicio se refiere. Es en este aspecto donde más tienen que mejorar. Quizás es una crítica algo injusta ya que solo he estado una vez y un mal día lo tiene cualquiera, pero es una valoración que he escuchado a varios de sus clientes.

El local es sencillo y acogedor, decoración rústica con toques modernos. La carta de vinos es interesante, con propuestas diferentes y vinos difíciles de encontrar.

David Yarnoz, es el chef y padre de la criatura. Dicen de él que es uno de los jóvenes con mayor talento natural y uno de los chefs con más futuro. Comparto totalmente esta afirmación, pero la atención en sala deberá mejorar.

aunque ahora que lo pienso, tendré que volver a disfrutar de los platos del Molino de Urdániz… para ver como mejoran en la sala.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hmm... Tengo la comida en el recuerdo como demasiado elaborada... No sé, el día aquel algo no terminó de cuajar. Aunque puede que fuera el servicio, que realmente no estuvo a la altura. Lo que con más agrado recuerdo es el blanco que nos tomamos, el de Gewürztraminer (tienes que volver a decirme cómo se llama, me olvido siempre)...

Anónimo dijo...

Es curioso, hace unos diez años este bar era un cuchitril en el que paraban los seteros que tanto abundan por la zona para echar un chiquito y un pintxo de chistorra antes de volver a casa. Os aseguro que era de lo mas cutre. La verdad es que alucine cuando lo escuche en la radio, pensaba que se habian equivocado con el nombre. Buen ejemplo de como puede cambiar un local. Pues enhorabuena para ellos y que lo disfruten nuestros paladares...