Ayer hablaba con el consejero de una empresa navarra sobre los diferentes modelos y enfoques para la empresa...
...y estábamos de acuerdo en muchas cosas, y en muchos planteamientos, pero también estábamos de acuerdo en la complejidad de trasladar la teoría y los conceptos al funcionamiento real y al día a día de nuestras empresas.
Parece mentira, pero mayoritariamente, seguimos con modelos de negocio que debieran estar hace tiempo superados.
Un poco de historia... Tras la segunda guerra mundial, existió un modelo de demanda muy importante, donde los consumidores necesitaban de todo y la capacidad de producción de bienes de las empresas era muy limitada y sensiblemente inferior a la demanda. El resultado de esto es que las empresas se centran en los procesos internos y focalizan todos sus esfuerzos en el producto, el proceso, etc. No hacía falta mirar al exterior, pensar en los clientes etc.
El volumen de demanda hacía que todo se vendiera.... Fue cuando inventamos la famosa frase...“me o quitan de las manos, oiga!!“ ...y nos echamos a dormir, o en el peor de los casos comenzamos a mirarnos el ombligo y a decir „joder que buenos somos...“
Desde hace muchos años, vivimos en un modelo económico de oferta, donde existen infinidad de empresas que hacen lo mismo que nosotros, y donde la capacidad de producir bienes es inmensamente superior a la demanda, lo que provoca excedentes. Donde antes nos faltaba de todo, ahora nos sobra de todo....
El presente… Es sorprendente la cantidad de empresas y empresarios que a día de hoy continúan mirándose el ombligo, pensando en lo buenos que son, y en lo malos que son los demás…. Si el negocio no va bien, siempre habrá algún culpable… el gobierno, la globalización, los chinos, los clientes, los propios trabajadores que son una banda…..
Cualquier cosa antes de reflexionar sobre su propia gestión basada en al cómodo modelo técnico-interiorista de “lo importante es lo que yo hago y da lo mismo lo que el mercado necesite o quiera”.
Pasar de esta situación, a un enfoque centrado en las necesidades del mercado choca frontalmente con la oposición, el miedo y la inseguridad de las personas.
A todos los niveles; a nivel directivo, a nivel de los trabajadores, y en muchos casos a nivel del empresario.
Vivimos en el siglo XXI, donde la información es accesible, donde el nivel de formación es el más alto en siglos de historia, y sin embargo somos incapaces de aplicar los conceptos más básico a nuestra gestión diaria.
Porqué? De todos es conocida la resistencia al cambio del ser humano, pero en el caso del ser humano como trabajador, esta resistencia se multiplica por X, siendo X proporcional a los años en la empresa. Salirnos de nuestras correspondientes zonas de confort, da miedo y genera inseguridad.
…que hacer entonces? Rendirse?... Jamás Una revolución?...a estas alturas sabemos que cuando acaban, sólo quedan los cadáveres… Nos queda otro camino: el cambio silencioso. Ayer mismo las palabras fueron “Sutileza, Constancia y Perseverancia” solo así superaremos el miedo al cambio.
En un mundo globalizado y en un mercado en constante evolución, sólo los que seamos capaces de adaptarnos sobreviviremos. Obvio, verdad? Lo hemos oído muchas veces…
Sin embargo hace unas semanas, ponía -lo que quizá fuera un mal ejemplo- a un compañero; le decía que nuestra empresa tiene que ser como un camaleón y adaptarse a las nuevas situaciones…
Su respuesta fue como mínimo sorprendente: “Como un camaleón? No hombre! Nuestra empresa es grande!, nosotros somos grandes! Y un camaleón no deja de ser una lagartija de colores!”
Así que ya sabéis… toca elegir: Dinosaurio o Lagartija??
...y estábamos de acuerdo en muchas cosas, y en muchos planteamientos, pero también estábamos de acuerdo en la complejidad de trasladar la teoría y los conceptos al funcionamiento real y al día a día de nuestras empresas.
Parece mentira, pero mayoritariamente, seguimos con modelos de negocio que debieran estar hace tiempo superados.
Un poco de historia... Tras la segunda guerra mundial, existió un modelo de demanda muy importante, donde los consumidores necesitaban de todo y la capacidad de producción de bienes de las empresas era muy limitada y sensiblemente inferior a la demanda. El resultado de esto es que las empresas se centran en los procesos internos y focalizan todos sus esfuerzos en el producto, el proceso, etc. No hacía falta mirar al exterior, pensar en los clientes etc.
El volumen de demanda hacía que todo se vendiera.... Fue cuando inventamos la famosa frase...“me o quitan de las manos, oiga!!“ ...y nos echamos a dormir, o en el peor de los casos comenzamos a mirarnos el ombligo y a decir „joder que buenos somos...“
Desde hace muchos años, vivimos en un modelo económico de oferta, donde existen infinidad de empresas que hacen lo mismo que nosotros, y donde la capacidad de producir bienes es inmensamente superior a la demanda, lo que provoca excedentes. Donde antes nos faltaba de todo, ahora nos sobra de todo....
El presente… Es sorprendente la cantidad de empresas y empresarios que a día de hoy continúan mirándose el ombligo, pensando en lo buenos que son, y en lo malos que son los demás…. Si el negocio no va bien, siempre habrá algún culpable… el gobierno, la globalización, los chinos, los clientes, los propios trabajadores que son una banda…..
Cualquier cosa antes de reflexionar sobre su propia gestión basada en al cómodo modelo técnico-interiorista de “lo importante es lo que yo hago y da lo mismo lo que el mercado necesite o quiera”.
Pasar de esta situación, a un enfoque centrado en las necesidades del mercado choca frontalmente con la oposición, el miedo y la inseguridad de las personas.
A todos los niveles; a nivel directivo, a nivel de los trabajadores, y en muchos casos a nivel del empresario.
Vivimos en el siglo XXI, donde la información es accesible, donde el nivel de formación es el más alto en siglos de historia, y sin embargo somos incapaces de aplicar los conceptos más básico a nuestra gestión diaria.
Porqué? De todos es conocida la resistencia al cambio del ser humano, pero en el caso del ser humano como trabajador, esta resistencia se multiplica por X, siendo X proporcional a los años en la empresa. Salirnos de nuestras correspondientes zonas de confort, da miedo y genera inseguridad.
…que hacer entonces? Rendirse?... Jamás Una revolución?...a estas alturas sabemos que cuando acaban, sólo quedan los cadáveres… Nos queda otro camino: el cambio silencioso. Ayer mismo las palabras fueron “Sutileza, Constancia y Perseverancia” solo así superaremos el miedo al cambio.
En un mundo globalizado y en un mercado en constante evolución, sólo los que seamos capaces de adaptarnos sobreviviremos. Obvio, verdad? Lo hemos oído muchas veces…
Sin embargo hace unas semanas, ponía -lo que quizá fuera un mal ejemplo- a un compañero; le decía que nuestra empresa tiene que ser como un camaleón y adaptarse a las nuevas situaciones…
Su respuesta fue como mínimo sorprendente: “Como un camaleón? No hombre! Nuestra empresa es grande!, nosotros somos grandes! Y un camaleón no deja de ser una lagartija de colores!”
Así que ya sabéis… toca elegir: Dinosaurio o Lagartija??
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