Generalmente tenemos una visión del mar demasiado lúdica como para ser conscientes del terrible poder que encierra.
Existen cientos de historias y leyendas marineras que nos hablan del implacable poder de un mar embravecido …y por el contrario la historia esta llena de casos en los que la vanidad del hombre subestimó el poder del mar.
Estos días he estado buscando imágenes de navegación en condiciones extremas, y es realmente impresionante.
Para la navegación con mar gruesa, lo primero que se debe de hacer es amarinar el barco. (he de reconocer que la primera vez que leí esto, mi lado gourmand me pudo, y pensé en poner en barco en adobo o algo así)
Amarinar el barco consiste en prepararlo para la tormenta, es decir adecuar tanto el interior como la cubierta.
Es muy importante trincar firmemente todos los objetos que puedan desplazarse y asegurarse de que todos los portillos del barco estén bien cerrados. Igual de importante es verificar que todos los grifos estén bien cerrados, para evitar vías de agua.
Deben revisarse los imbornales del barco y limpiarlos si están obstruidos, para garantizar la evacuación del agua en cubierta.
Cuando el viento arrecia, se produce un fenómeno llamado tren de olas, que es una sucesión de olas que avanza en la dirección del viento, y que pueden ser de tamaños descomunales, constituyendo un autentico “Muro” de agua. En estas condiciones lo mejor es aproar el barco contra las olas, y recibirlas por la amura con un ángulo de
Como veis las imágenes son impresionantes. Realmente tiene que ser sobrecogedor navegar en estas condiciones…
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