Hoy han despedido a una amiga.
Esto a priori solamente debería ser una decisión empresarial, avalada por datos objetivos, y con un beneficio cuantificable para la compañía.
A lo largo de mi carrera profesional, siempre he defendido y practicado algo que me enseñó mi padre:
Las empresas no tienen alma.
…y cuando es necesario prescindir de un trabajador, la mejor opción es hacerlo. Hacerlo de una manera correcta.
Esto que parece lógica elemental, requiere sin embargo algo que escasea en demasía en nuestro tejido empresarial: Valentía y Elegancia.
Hace poco leía un artículo sobre la gestión por competencias, y recuerdo un esquema que me pareció muy ilustrativo.
El profesional competente se construye sobre 3 pilares:
Saber
Saber hacer
Saber ser
Hoy lamentablemente, no han sabido, no han sabido hacer, y lo que es más doloroso, no han sabido ser.
Vivimos en el siglo XXI, en plena sociedad de la información… se habla de los trabajadores como el capital intangible de las empresas, como el mayor activo de las compañías, se habla, se presume de responsabilidad social corporativa, de equipos de alto rendimiento, de liderazgo resonante, de motivación….
Palabras.
La realidad es que estamos en manos de gente sin recursos y sin recorrido… cajas vacías sin contenido.
…pero eso merece un post aparte. Algún día escribiré sobre “Los Mediocres”
Seamos positivos. Hace unos días “el guiri” escribió como comentario a uno de los post:
"Twenty years from now, you will be more disappointed by the things that you didn't do; than by the ones you did do.
So throw off the bowlines. Sail away from the safe harbor. Catch the trade winds in your sails. Explore. Dream. Discover." - Mark Twain…
Tienes razón amigo Guiri. Una de las maravillas de navegar, es que siempre hay nuevos puertos por descubrir; así que es hora de abandonar la zona de confort, es hora de crecer.
Lo que no nos mata nos hace más fuertes. …y hace falta mucho más que un gañán para matarnos.
(Especialmente dedicado a mi amiga María, princesa de tacón alto)
Esto a priori solamente debería ser una decisión empresarial, avalada por datos objetivos, y con un beneficio cuantificable para la compañía.
A lo largo de mi carrera profesional, siempre he defendido y practicado algo que me enseñó mi padre:
Las empresas no tienen alma.
…y cuando es necesario prescindir de un trabajador, la mejor opción es hacerlo. Hacerlo de una manera correcta.
Esto que parece lógica elemental, requiere sin embargo algo que escasea en demasía en nuestro tejido empresarial: Valentía y Elegancia.
Hace poco leía un artículo sobre la gestión por competencias, y recuerdo un esquema que me pareció muy ilustrativo.
El profesional competente se construye sobre 3 pilares:
Saber
Saber hacer
Saber ser
Hoy lamentablemente, no han sabido, no han sabido hacer, y lo que es más doloroso, no han sabido ser.
Vivimos en el siglo XXI, en plena sociedad de la información… se habla de los trabajadores como el capital intangible de las empresas, como el mayor activo de las compañías, se habla, se presume de responsabilidad social corporativa, de equipos de alto rendimiento, de liderazgo resonante, de motivación….
Palabras.
La realidad es que estamos en manos de gente sin recursos y sin recorrido… cajas vacías sin contenido.
…pero eso merece un post aparte. Algún día escribiré sobre “Los Mediocres”
Seamos positivos. Hace unos días “el guiri” escribió como comentario a uno de los post:
"Twenty years from now, you will be more disappointed by the things that you didn't do; than by the ones you did do.
So throw off the bowlines. Sail away from the safe harbor. Catch the trade winds in your sails. Explore. Dream. Discover." - Mark Twain…
Tienes razón amigo Guiri. Una de las maravillas de navegar, es que siempre hay nuevos puertos por descubrir; así que es hora de abandonar la zona de confort, es hora de crecer.
Lo que no nos mata nos hace más fuertes. …y hace falta mucho más que un gañán para matarnos.
(Especialmente dedicado a mi amiga María, princesa de tacón alto)
4 comentarios:
no comprendo bien tu post, a tu amiga la han despedido, donde esta el problema? acaso está en no haber sabido hacerlo con elegancia?, solucioname esta duda por favor
Ciao
Hola juanesku.
No es cuestión de elegancia (que también)
El post además de ser una deuda moral con la despedida, y una muestra de apoyo incondicional en un momento delicado, trata de las tremendas contradicciones de nuestra sociedad.
Estamos hablando de puestos directivos de cierto nivel...Por una parte se espera de nosotros profesionalismo, formación, reciclaje formativo, competencias, dedicación más allá de lo razonable....
Y frente a eso lo que recibimos es mediocridad.
Los profesionales del siglo XXI hemos tenido que absorver todas las teorías y nuevos estilos de gestión...
Mientras que a nivel empresa, todo eso solo se queda en frases sonoras que soltar a los colegas....
En fin... así es la vida.
Espero haber aclarado tu duda,
y... espero volver a contenidos más "sabrosos"
Saludos
No se si las personas son el mayor activo de las empresas pero sin duda alguna son las hacen que funcione (para bien y para mal). He conocido muchos casos de "malas formas" y ciertamente, se te quitan las ganas de muchas cosas. Por suerte, por cada portazo que te dan, otra puerta que te obligan a abrir, otro paso que quizas nunca hubieras dado si no te hubieran obligado a hacerlo, y a veces, desde la distancia, dices "que bueno que me ocurrio esta faena" y que bien que estoy ahora. Ojalá sea el caso de tu amiga y dentro de poco descorcheis uno de tus exquisitos caldos para celebrar este momentaneo contratiempo.
Amigo Craco:
estoy absolutamente de acuerdo con que lo que efectivamente cuenta son las personas.
Por otra parte, también pienso que hay veces en las que un mal provoca un bien, y la necesidad te da fuerzas y recursos que en una situación de comodidad no emplearías.
...y definitivamente, a la menor oportunidad, nos reiremos de todo esto con una buena copa de vino en la mano.
...ya sabes... San Queremos.
Gracias por tu visita y por tus comentarios!
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