Donde el viento nos lleve: Menú Pre-Navideño

viernes, 21 de diciembre de 2007

Menú Pre-Navideño

Natalika, otro de los miembros de la Pilgrim Crew nos escribe desde Berlín como Oficial de derrota, y corresponsal allende los mares.

Estas son fechas de reunirse de reunirse con amigos… mirar hacia el año que se nos va, y formular los deseos a incumplir en el 2008.
…pero todo esto no tiene sentido, sin
un menú pre-navideño para disfrutar con amigos:

Primer plato: Tazón inventado con langostinos
Segundo plato: Roastbeef Wellington con chutney de higos y vino tinto

Tazón inventado con langostinos...
Esta es una sopa de emergencia (u olvido, según se mire)... El típico p
rimer plato que se improvisa en cinco minutos, cuando tus invitados están a punto de llegar y te das cuenta en el último momento de que, enfrascada como estabas en tu roastbeef, se te ha olvidado por completo organizar un entrante...

Los únicos ingredientes a disposición, en este caso eran: Un paquete de langostinos congelados crudos y pelados; chili de molinillo; zumo de limón; calabacín en dados; un paquetito de sopa-noodles chinos, ajo, aceite de oliva; hierbas frescas (perejil o tomillo; cilantro); vino blanco seco tipo “Grüner Veltliner” (supongo que con jerez también funcionará)...

La preparación es fácil (a prueba de gastro-torpes del tipo “nunca he hecho un huevo frito”. Picar el ajo y rehogarlo en una cazuela con aceite de oliva, agregar los langostinos y darle bien de fuego, tras un par de minutos añadir un buen chorro de vino blanco y un golpe de zumo de limón y un par de vueltas de rosca del molinillo de chili así como pimienta y sal a gusto personal. Cuando los langostinos vayan cogiendo pinta de estar listos añadir la cantidad necesaria (dependiendo de los comensales) de caldo vegetal. Añadir también unos dados de calabacín previamente rehogados en aceitito. Esperar a que la mezcla hierva y añadir la pasta china. Cocer a fuego medio hasta que la pasta esté en su punto (fijarse en el tiempo indicado en el paquete, suele rondar los 3 o 4 minutos)... ¡Y servir! (a poder ser en al acto, si no, la pasta de pone blanda y se hincha y… se jodió el invento).

Roastbeef Wellington con chutney de higos y vino tinto...
Esta receta se la he “robado”
al tele-cocinero alemán Tim Mälzer (para quien entienda alemán y quiera cotillear más recetas) en cuyo show berlinés de la gira del 2007 tuve el gusto de estar hace dos semanas... Es muy fácil de hacer y está (si se hace con buena carne) espectacular...

Ingredientes:
Roastbeef de ca
lidad, aprox. 1 kg. para 4 personas; una gran cantidad de hojas de ensalada mixtas (lechuga, escarola, romana, berros, recula, radicchio, etc...); mostaza dulce u otra clase de mostaza siempre y cuando sea de consistencia “gruesa” (o sea de “grano grande” o con tropezones, con relieve, vamos); hierbas frescas (perejil, tomillo, mejorana, etc... – a gusto de cada cual, siempre y cuando sean especias de hoja blanda); masa de pizza (se hace con 400 g. de harina, unos 10 o 15 g. de levadura, dos cucharas soperas de aceite de oliva, una cuchara de té de sal y 175ml. de agua). Para la salsa chutney: azúcar, higos frescos bien maduros y vino tinto (da igual que sea del barato).

Cómo se hace: Se pican las hierbas finas. Se unta el roastbeef entero en mostaza y se reboza a continuación con las hierbas.

Con la masa de pizza previamente preparada (amasar y dejar que la levadura surja efecto en un lugar tranquilo y caliente – ¡sí, la levadura necesita tranquilidad! – y pasarle el rodillo hasta que tenga un espesor de aproximadamente un centímetro) se cubre todo el roastbeef. Se pone el roastbeef en la fuente de horno directamente (aunque recomiendo cubrir el suelo de la fuente con papel de horno.

Debe estar en el horno unos 25 minutos a 180 grados y luego otros 25 minutos a 140 grados. Se saca y se deja reposar unos 10 minutos. Lo del tiempo depende bastante también del tamaño de la carne y del horno que tenga cada uno – el tiempo que indico está pensado para un pedazo de roastbeef de unos 2 kilos... Así que lo más seguro siempre es utilizar un termómetro de asados como esté de WMF que viene a costar unos 10 o 12 euros y te saca de mil apuros, (sobre todo cuando se tiene como yo un horno de gas al que no le funciona demasiado bien la regulación...) – se pincha el termómetro en la mitad del roastbeef, y se le echa un vistazo de ciento a viento. Para un buen roastbeef rosa sangrante la carne debe tener en el centro entre unos 65 y 70 grados...

Cuando la carne esté hecha, se sirve la carne (cortad en lonchas finas) sobre una cama de ensalada aderezada con azúcar, sal, aceite de oliva, vinagre y un poquito de zumo de naranja fresco.

Se decora y se sirve con el chutney que habéis hecho mientras la carne se asa.

El chutney no tiene mayor misterio: Se carameliza azúcar en una sartén, se añaden los higos pelados cortados en trocitos y todo el vino tinto que le queráis poner. Y se le da fuego hasta que reduzca a una consistencia de “casi mermelada” (se puede ir añadiendo más vino tinto si se pone muy seco)...

Alternativamente se puede servir con otra salsa, dependiendo de la temporada: Por ejemplo con melocotones rehogados y queso mozzarella...

¡Voilá! ¡A comer!

Como colofón, recomiendo acompañar con un buen pan de nueces (del que lleva levadura de centeno)...

Guten appetit!!

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