Situados en el exteremo más occidental de Portugal, vigilando la entrada a la desembocadura del Tajo, Estoril y Cascais forman un estupendo rincón donde perderse.
Es un enclave curioso que rezuma historias por todos los poros. En la época de los descubridores, eran los primeros en avistar a los galeones que volvían de "las indias" y de América.
Cuatrocientos años después, en la primera mitad del siglo veinte se convirtió en un refugio de reyes destronados, millonarios aburridos y algún gigoló trasnochado.
Hoy es un rincón tranquilo donde perderse y ver la vida pasar.
Estoril está a tan solo 22 kilómetros de Lisboa esta distancia se puede recorrer ppor autopista, o por la carretera marginal, la carretera de la costa. Un recorrido lleno de fortificaciones que defendían Lisboa de la entrada de los piratas. Y lleno tambien de palacetes y villas espectaculares.
Estuve en Estoril y Cascais la pasada semana y conseguí unas horas preciosas para callejear y disfrutar del mar.
Como no podía ser de otra manera, con vino se hace el camino, así que tuve la oportunidad de probar algún vino Portugués, como este "3 Castas" del que solo diré que olía a bodega sucia, y a manguera de goma vieja, como recuerdo de algún trasiego infame.
Con un tiempo fresco y soleado, pasear por estas calles es una auténtica delicia donde uno se olvida de los problemas del día a día y se dedica a hacer "vida de millonario" por unas horas.
...es que dormir frente al mayor casino de Europa, le hace a uno perder un poco el norte.
Es un enclave curioso que rezuma historias por todos los poros. En la época de los descubridores, eran los primeros en avistar a los galeones que volvían de "las indias" y de América.
Cuatrocientos años después, en la primera mitad del siglo veinte se convirtió en un refugio de reyes destronados, millonarios aburridos y algún gigoló trasnochado.
Hoy es un rincón tranquilo donde perderse y ver la vida pasar.
Estoril está a tan solo 22 kilómetros de Lisboa esta distancia se puede recorrer ppor autopista, o por la carretera marginal, la carretera de la costa. Un recorrido lleno de fortificaciones que defendían Lisboa de la entrada de los piratas. Y lleno tambien de palacetes y villas espectaculares.
Estuve en Estoril y Cascais la pasada semana y conseguí unas horas preciosas para callejear y disfrutar del mar.
Como no podía ser de otra manera, con vino se hace el camino, así que tuve la oportunidad de probar algún vino Portugués, como este "3 Castas" del que solo diré que olía a bodega sucia, y a manguera de goma vieja, como recuerdo de algún trasiego infame.
Con un tiempo fresco y soleado, pasear por estas calles es una auténtica delicia donde uno se olvida de los problemas del día a día y se dedica a hacer "vida de millonario" por unas horas.
...es que dormir frente al mayor casino de Europa, le hace a uno perder un poco el norte.
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